¿ Quién es Pachín de Melás ?

ALGUNOS DATOS DE SU VIDA

( Primera Parte  1877 - 1906 )

 El nacimiento - La niñez - La mocedad - La mili - El seudónimo - El noviazgo - La boda

 El destierro - Los Hijos del Mar - Los primeros premios - La primera publicación - La Botica

 


         

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   El nacimiento .- Pachín de Melás, según los datos que figuran en el Registro número 2 de 1877  (tomo 15, folio 255)  nace el 6 de Octubre de Padres de Pachín de Melás 1877 << En ocho de octubre de 1877, ante el juez don Evaristo del Valle  y secretario don Higinio Alvarez Pérez, compareció don José Robles Valverde, natural y vecino de Gijón , de veintiocho años, padre de un niño que nació a las ocho de la noche del seis del actual, e hijo del declarante y de Delfina Muñiz y Revollar, natural y vecina de Gijón >>

    Emilio, que fue el nombre que le pusieron, nació en el seno de una gran familia numerosa, estaba compuesta por dieciocho vástagos. 

   En la foto sus padres.

    Fue bautizado en la parroquia de San Pedro Apóstol en un acto sencillo  pues no estaba la familia para grandes celebraciones.

 

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  La niñez .-     El trabajo con que esta familia salió adelante fue muy duro. De los dieciocho hermanos, doce los llegó a contar Emilio sentados a la mesa para comer. Este ambiente lo describe Pachín de Melás en : Facetas asturianas: ¡Ya está, a la mesa! (El Carbayón)  Oviedo 1931 , de la manera siguiente :

 

   << Ya está sentado a la mesa (el padre), en su sitio de siempre. Los hermanos vamos entrando a la amplia cocina del viejo caserón. Uno, dos, tres... hasta diez. Ocupamos un lugar fijo según el orden de nuestra venida al mundo.

   Al lado de nuestro padre, un mocetón fornido, de anchas espaldas, sigue una mujercita delgaducha, pizpireta, para terminar en un mocosuelo mofletudo que encaramado en alta silla juguetea con cuantos cachivaches encuentra a mano.

   Mesa redonda, cubierta con blanco mantel. Platos de loza pintarrajeada. Cucharas de madera de boj. En el centro de la mesa, una hogaza como rueda de carro, de sabroso panchón amasado en casa.

   Una mujeruca, morena, pequeñita, buena, hermosa, como lo son todas las mujeres,, deposita sobre la mesa humeante cazuelón. Quietecitos, husmeamos el contenido. Mano amorosa manipula con su cucharón y llena a medias nuestros platos. Tiene tal medida de la capacidad de nuestros estómagos que nunca nos falta, nunca nos sobra.>>    

 

   Emilio Robles nace con un problema en el habla, en un principio todo el mundo pensaba que era mudo ya que no articulaba ninguna palabra. Su tartamudez le supuso aislarse creando un mundo interno rico en vivencias propias  y a la vez lo fue acercando cada vez con mas fuerza a los libros que  leía con gran avidez.

   Va a la escuela Santa Doradía, mas conocida por La Cátedra, regida por Don Francisco conocido popularmente como  Chinto o Pachín. Emilio se encuentra en inferioridad de condiciones respecto a sus compañeros pero suple con tesón y voluntad su tortura física e intenta ser un niño mas aunque a veces se lo ponen muy difícil pues en algunas ocasiones se ríen de el.

 

   Un día al regreso de la escuela su madre , le manda llevar a su abuela Juana Valverde que trabajaba en la Fábrica de Tabacos una cestita con comida, esto lo recuerda Pachín de Melás en : Gijonismo. Recuerdos de la niñez. Prólogo de Alfredo Alonso. Imprenta de <<El Popular>>. Gijón, 1905. de la manera siguiente :

 

   << Y salgo yo reventado con la cesta, y corriendo cuanto podía. Subo por la Cuesta de la Cárcel y Campo de las Monjas arriba; aquí dejaba atrás una cestera , más allá un hombre que, corre que te corre, lleva la comida a la mujer , y... dejaba también detrás de mí un regatu de caldo, pues tanto ximielgaba el cesto que todo lo vertía.

   Y por fin llegué a la Fábrica; Había una cola de gente hasta el portal, con cestos, esperando que les llegase el turno de entregarlos; yo me pongo en la fila, y paso a paso, escalera tras escalera, fui subiendo hasta que me vi arriba delante de la cuartillera.

   Ya le iba a dar el cesto y decir lo que mi madre me mandó, cuando, sin saber cómo, arrempuñenmelu de la mano y cogiéndome en pendolín, métenme para adentro y véome en medio de un taller de pitos teniendo delante de mí a mi güela, la misma Juana Valverde, que con los brazos puestos en jarra, contemplábame cariñosa, al mismo tiempo que decía:

   --- Mirái al mi nietu.

   Y aquí fue ello; levántanse unas cigarreras y al verme atontado en medio de aquel ruido y runrún de conversaciones, quieren sacarme de mi asombro; ésta me da un beso, aquélla me brinda con el postre de la comida, que tuve que aceptar, y una más resuelta, cogiéndome de la mano, empieza una correría por toda la fábrica para enseñar mi personilla.

   Primero a los puros a ver a una tía; después a los comunes, a ver otra; a lo fino, al desvenao, al oreo, sube y baja, corre para allí y para el otro lado, y a todo esto mi güela detrás de mí asistía embobada a todas las atenciones de que era objeto el su nietu, no faltando una que, pasándola un pañuelo por la cara, intentara limpiarla la baba, diciendo en tono de broma:

   --- Límpiese, cristiana, que vien el nietu.

   Y diose fin a mi visita, bajándome mi güela hasta el portal, después de mil recomendaciones de que fuera bueno y otras cosas por el estilo, echando yo a andar de vuelta para casa, pensando para mí cómo empezar a contarle todo aquello a mi madre.>>

 

   La niñez va pasando y un día alguien le indica que con mucha voluntad puede llegar a superar su tartamudez si consigue  hablar de forma lenta, suave y relajada, haciendo pausas mientras habla y sin estar pendiente de como le salen las palabras. Al mismo tiempo debe tener serenidad e intentar  reducir la ansiedad que le produce no poder expresarse correctamente.

   Emilio acomete este reto con una voluntad de hierro y después de muchas noches solo en la playa y de recorrer muchas aldeas leyendo y discurseando consigue casi superar totalmente la tartamudez cuando la niñez había pasado.

 

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   La Mocedad .-   Emilio, había casi superado el problema del tartamudeo, cuando los padres deciden enviarlo interno al colegio ovetense de San José, por si le atrae el sacerdocio. En este colegio mas que con la fe se encuentra y se entusiasma con los  cánticos del coro y con la presencia en La Catedral durante la Semana Santa del flautista y poeta Teodoro Cuesta (Foto dcha.)  que pasa a ser su héroe personal.

    El sacerdocio no le atrae por lo que tiene que volver a Gijón pues sus padres no tienen dinero para pagarle una carrera. El padre de profesión zapatero intenta que aprenda el oficio pero tampoco le gusta, decide entrar de aprendiz en un taller mecánico al mismo tiempo que sigue autoilustrándose.

 

   Gijón en esta época rebosa de vida proletaria y Emilio con su sensibilidad es receptivo a todas las cuestiones candentes de la sociedad que circulan en boca de estudiantinas, comparsas y agrupaciones corales.

 

  Una noche de verano de 1895, estando Emilio Robles oyendo tocar a la banda militar en el quiosco del paseo de  Begoña, conoce al socialista Manuel Paredes (Foto izda.) que le pone en contacto con << La Agrupación Socialista de Gijón >>, a partir de este momento, empieza a participar activamente en la vida social de Gijón en todo tipo de actos culturales,  festivales conmemorativos, escritos reivindicativos de tipo socialista, etc.

    Los días van pasando con sus tristezas y alegrías al mismo tiempo que se le va metiendo Gijón en el alma.  

 

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   La mili .- A Emilio Robles le llega la hora de incorporarse a filas,  año 1896, pero gracias a la intervención de José Portela Calderón (Coronel de la zona de reclutamiento de Gijón) queda exento de prestar el servicio activo ordinario, tal vez como consecuencia de su problema en el habla, aunque oficialmente consta por causas familiares. 

 

   Libre de la mili y aunque la verdadera vocación de Emilio es la de escritor, se pone a trabajar para ganarse la vida pero mantiene su afición por el estudio para mejorar social y culturalmente. Sobre esto escribiría en : Reportajes Gijoneses; Enseñanza, arte, trabajo. << La Prensa >>, Gijón, 24 Abril de 1932. lo siguiente :

   << el despertar de los obreros  que por las noches, después de una ingrata jornada de diez y doce horas, llenaron las clases nocturnas en las Escuelas de Artes y Oficios en busca de los conocimientos teóricos necesarios para suavizar el trabajo manual. De este movimiento dio ejemplo Gijón. Tuve la voluntad de ser uno de aquellos obreros. Mi mano, al pretender pulsar por vez primera el tiralíneas, la guio don Ulpiano Alonso; las primeras nociones de Ciencias Físicas las escuché de don Francisco González López; la ampliación de Aritmética primaria me la inculcó don Benito Conde. Deseos, anhelos voluntad de salir de la rutina del taller, impulsó a la generación de obreros del 98 a las aulas. >>  

 

 Emilio en 1899--

   

   El seudónimo .- En 1899 Emilio Robles Muñiz, alentado y ayudado por Manuel Paredes que firma sus escritos como << Pinón del Bardial >>, decide también buscar un seudónimo que tenga, como el de su amigo, sonido asturiano. De esta manera nace << Pachín de Melás >>  que será su nombre de pila hasta el final de sus días. Este seudónimo llegaría a ser famosísimo dentro y fuera de nuestras fronteras.  ( En la foto  Emilio con 22 años )

 

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   El noviazgo .- En el mes de Octubre de 1899, conoce y se enamora de Agapita una joven obrerita de su barrio, para declararse, envía  a El Comercio, periódico asturiano de tirada diaria y líder en aquella época,  un poema firmado con el seudónimo recién estrenado de  Pachín de Melás en el cual  la galantea y piropea dando de esta manera sus primeros pasos poéticos. Agapita, es un vivo retrato de la madre de Emilio; menuda, pizpireta, agraciada y emprendedora.

   El entorno en donde viven es el de un barrio netamente obrero en el que circulan reivindicativos La Defensa del Obrero y La Organización en los que Pachín de Melás llegaría a colaborar activamente. 

 

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   La boda .-  Aunque los ingresos de tornero son mas bien escasos deciden casarse y montar su hogar en La calle del Arenal, corre el año 1901. Este periodo lo recuerda Emilio en : Reportaje retrospectivo: Ansia de gloria que mata. << La Prensa >>, Gijón, 17 de mayo de 1936, de la manera siguiente :Hacer click para ampliar el callejero.

   << La calle del Arenal, hoy de Eusebio Miranda, es una de las más céntricas, de las más pequeñas y tranquilas del centro de Gijón. Apenas la cruza nadie, pues no tiene objeto pasar por ella para ir a la de Covadonga o Casimiro Velasco.

   Allí cortejé y allí formé mi hogar. Los pocos vecinos nos considerábamos como de familia, ya que comunes eran nuestra lucha por la vida, nuestras penas y nuestras alegrías. Nos hablábamos a gritos de portal a portal, de ventana a ventana, de balcón a balcón, sin miedo a ser escuchados por oídos impertinentes, y si los hubiera, maldito el caso que de ellos hacíamos.

   Los chicos corrían por la calle libres del peligro de la circulación, pues en doce años que allí viví sólo recuerdo el paso de un vehículo, por desgracia una carroza fúnebre.

   Yo trabajaba de tornero mecánico en la Constructora Gijonesa. La jornada de diez horas, distribuida a gusto de los obreros catalanes que nos aventajaban en número. Entrar a las seis de la mañana; a las ocho, media hora para almorzar, hora y media para comer y salir a las seis de la tarde. Para llegar por la mañana al toque de pito (pito que a veces bendecíamos y otras maldecíamos) era necesario levantarse todos los días a las cinco, que lloviera, que tronara... ¡ Un encanto de vida ! >>

 

   Emilio lo pasa mal en esta época pues lo que de verdad le gustaría es dedicar todo su tiempo a la literatura que es su pasión y no solamente los ratos que le quedan libres después de salir del trabajo.

 

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   El destierro .-  Los hijos empiezan a llegar y Agapita ayuda económicamente a la familia aportando un pequeño salario, seis reales,  con su trabajo en Litografía Moré (En la foto los obreros de esta empresa con Agapita marcada con una cruz) y tres pesetas cuando velaba.

   En este año (1902)  Emilio, intentando mejorar su salario formaliza contrato con Talleres de Construcción del Humedal, al mismo tiempo,  empieza a escribir en La Defensa del Obrero y en La Organización, sus artículos muy radicales en la defensa del obrero causan un gran malestar en el sector empresario que juntamente con los jueces deciden desplazarlo (desterrarlo) durante un tiempo a Sama de Langreo. 

   Corren tiempos de gran agitación social, con huelgas generales que traen consigo las correspondientes represalias por parte de la patronal.

   Emilio, en Sama, trabaja en el taller de Manuel Fernández  y  sigue participando en el movimiento obrero. Existe una carta fechada el 6 de Septiembre de 1902 que desde el destierro envía a su mujer que dice :

   <<< Agapita: Recibí la tuya que ya me tenía desasosegado la tardanza de ella, pues como tardaste algo en contestarme, estaba impaciente, pero al fin lo hiciste y me causó mucha alegría. ¿Con que te gustaron los versos, eh? Cuando eso sale por la pluma, dictándoselo el cerebro, ¿qué será lo que siente el corazón? ¿Estás segura que te quiero, que te amo con delirio? Consérvalos, porque los hice sin borrador y no me quedó nada, y apenas me acuerdo de ellos >>>

   El alejamiento de su Gijón y las necesidades que pasa su familia le hacen caer en una nostalgia y tristeza que poco a poco van suavizando su ímpetu reivindicativo y su rebeldía social.

 

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   Los Hijos del Mar .- A primeros de 1903 y después de cuatro meses de ausencia, Pachín de Melás  regresa a Gijón, a su vida, a su casa y a su puesto de trabajo bajo las ordenes de don Romualdo Alvargonzález.

   Los tres hijos que tiene en este momento - Ángeles, José María y Germán Horacio - le hacen volcarse en el trabajo cotidiano y en la literatura, pero eso no le quita de defender a la clase obrera cuando se le presenta una ocasión. 

   Es un año de luchas en pro del arte, de proyectos e ideas felices y de penurias económicas.

   Pachín de Melás formaba parte de la Asociación Musical Obrera que tenia mucha fama y estaba de moda en aquel momento y de la comparsa Los Hijos del Mar de cuya creación nos recuerda lo siguiente en :  

   Reportaje  gijonés: << Los Hijos del Mar >>, carnaval 1903, entusiasmo y juventud.- Organización.- Todo pasó. << La Prensa >>. Gijón 14 de febrero de 1934.

   << Dos meses antes del Carnaval de 1903, el Foyer del Teatro Jovellanos, lugar donde la Asociación Musical Obrera celebraba los ensayos, bullía deHacer click para ampliar foto. entusiasmo y juventud. No se sabe quien nos trajo la noticia de que se organizaría una comparsa con nutrido coro y excelente rondalla. ¿Como? Ya se vería, ya. El malogrado Paco S. Acebal paseaba taciturno de un lado para otro del salón. Poco a poco fue dándose forma a la idea que plasmó enseguida entre el centenar de obreros. Saldríamos vestidos como el personaje Roberto de la zarzuela La Tempestad y se llamaría la comparsa Los Hijos del MarEn la foto Pachín de Melás vestido con el traje de dicha comparsa.

   Efectivamente, unos días mas tarde se confirma que el proyecto está aprobado y se empieza a formar la rondalla con guitarras, bandurrias, flautas, violines y todo lo que era necesario. El traje consistía en una blusa marinera de franelilla encarnada, con un peto a rayas rojas y blancas. Las mangas terminaban en unos puños a rayas también. La faja llevaba una cinta azul pálido de vara y media de ancho y el pantalón era azul oscuro y barretina catalana.

   Cada componente, por su parte, ponía medias color carne, calcetines igualmente a rayas y zapatos de charol  (los míos, charol-hule, ocho pesetas en casa de María la Zapatillera... ¡más guapos!). >>

   Esta comparsa obtiene grandes éxitos en todos los sitios en donde actúa, su repertorio era muy variado, de Emilio Robles cantaban una jota que decía :

 

En el mar de la pasión,

contra recio y duro azote,

naufraga mi corazón.

Haz que salga, niña, a flote.

 

Con tan lindos ojos

de grata expresión,

manda una mirada

que respire amor,

y escucha las notas

del grato cantar

con que te saludan

Los Hijos del Mar

 

Alegres los marineros

en días de carnaval,

olvidan los aparejos

para venirte a cantar.

 

¡Y a gozar! ¡Qué dicha gozar

del querer de bella mujer!

Sólo así puedo mitigar

lo que el mar hace padecer.

 

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   Los primeros premios .- Pachín de Melás tiene grandes amigos ,  todos involucrados en la defensa del regionalismo como los literatos Pepín de Pría o  Alfredo Alonso, músicos como  Fidel Maya o  pintores como Martínez Abades.

   En este año, 1904, se celebró un gran certamen << Científico - Literario >> presidido por Miguel de Unamuno en Gijón. A este certamen se presentaron diez obras en bable , entre las cuales se encontraba  La Güelina de Pachín de Melás.

Los premiados fueron tres íntimos amigos :

   1º.-  Pepín de Pría con Coidosura.

   2º.-  Pachín de Melás con La Güelina.

   3º.-  Alfredo Alonso con Perexil.

 

   Por estas mismas fechas se convocan en Avilés unos Juegos Florales a los que se presenta Pachín de Melás con su poema ¡Cantái!, ¡Cantái! obteniendo un Accésit.

 

   En esta época y desaparecido Teodoro Cuesta la literatura asturiana estaba liderada por los escritores : Pepín Quevedo, Marcos del Torniello, Nolón, Pepín de Pría, Pachu'l Péritu, Fabricio, Alfredo Alonso y Pachín de Melás.

 

Pepín de Pría Torniello Nolón Pachu'l Péritu

Foto

no disponible

Fabricio Pachín de Melás Alfredo Alonso Pepín Quevedo

  

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  La primera publicación .- En 1905 publica su primera obra  Gijonismo, basada en los recuerdos de su niñez y en un canto a las costumbres asturianas que se iban perdiendo.

   El prologo de Gijonismo es de su amigo y gran poeta gijonés Alfredo Alonso, y dice lo siguiente :

   << Robles es poeta por naturaleza, por intuición, porque sin haber ojeado seguramente los clásicos del bable, sin tener nociones del romance paladino ni conocer de oídas al arcaico Berceo, es un hábil montador de su bicicleta literaria y con ella ha vencido en públicos torneos a quienes por su historia literaria regional y sus conocimientos de la técnica bablística tenían motivos para la candidatura del campeonato >>   

  Sobre esto y con su modestia innata Pachín de Melás hace un comentario en esta obra que dice lo siguiente :

   << Obrero manual que después de dejar el rudo trabajo dedico mis ratos de ocio a cultivar el arte; enamorado de esta bendita tierra asturiana, y sobre todo de este querido Gijón, exteriorizo allá a mi manera, sin alardes de estilista, estas mis cosas; las cuales os pido no os fijéis en quien las escribe ni cómo están escritas y sí sólo de lo que en ellas se trata. >>  

 

   En estos momentos se puede decir que el nombre de Pachín de Melás esta  ganando cada vez mas  popularidad y en los ambientes literarios lo empiezan a considerar como una posible figura de las letras astures.

 

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   La Botica .- Pachín de Melás es un asiduo a la tertulia denominada La Botica que se formaba todos los días en la rebotica de José Álvarez en la calle San Bernardo.

   Los contertulios son unos grandes admiradores, consejeros  y animadores de Emilio en todos sus proyectos.

   A finales de 1905 les presenta el borrador de La Peñuca, un drama de costumbres asturianas en prosa y un solo acto, que es aplaudida y alabada, al mismo tiempo que José Álvarez propone realizar los tramites necesarios para ponerla en escena y a la vez publicarla, cosa que consiguen a primeros de febrero de 1906 con gran éxito.

   Los contertulios que tenían tanta fe en Pachín de Melás y que sin saberlo están participando en el nacimiento del teatro regionalista con sus finanzas son :

José Álvarez García

José de la Torre

Amaro Alonso

José Soto

Manuel Riera

Ramón Álvarez García

José de Llano García

Bernardo y Eugenio de Llano

Ramón Fernández Suárez

Enrique Miranda Tuya

 

   A estos dedica esta obra Pachín de Melás :

 

   A la Peña de "La Botica" :

   Con vuestra amistad me infundisteis valor; con vuestro cariño me animasteis a proseguir; con vuestros consejos procuráis corregir mis yerros. ¿A quién, por tanto, sino a vosotros que así me ayudáis, he de dedicar esta modesta obra?

   Aceptadla, no por su mérito, sino como una prueba de agradecimiento y de correspondencia a vuestros afectos.  

Teatro Dindurra

   Pachín de Melás después del gran éxito que obtuvo con La Peñuca  en el teatro Dindurra (Foto),  pasó a ser considerado como uno de los mejores escritores asturianos.

 

   Sobre esta obra, el popular critico Adeflor opinaría en El Comercio el 9 de febrero de 1906 lo siguiente :

   << dulce y sabroso fue el fruto temprano del señor Robles, lleno de poesía campestre, pletórico de sabor agreste. Alma de artista tiene el joven poeta, y debe cultivarla, sin que este laurel nuevo le envanezca, que mal se compagina el cultivo de la égloga y del idilio con la soberbia y la pretensión exagerada.

   A mi, sinceramente, me gusta la obrilla. El público llamó por dos veces a escena al señor Robles que salió un tanto disgustado, porque él no había ido al teatro para presentarse en tablas.

   Uno mis plácemes a los muchos y merecidos que anoche recibió el autor de La Peñuca . >>

 

   En este año 1906 pleno de acontecimientos artísticos para Pachín de Melás,  muere en Gijón su madre  Delfina Muñiz  el 24 de septiembre, en el  número 8 de la típica calle de Hortalizas. 

   Con este suceso, Emilio siente que se le va su infancia y juventud así como parte de la fuerza y voluntad que siempre tuvo para superarse así mismo, pero esto no es mas que una sensación pues el sabe que tiene un futuro prometedor como escritor y debe seguir luchando como lo hizo hasta ahora.  

 

 

FIN  DE  LA  PRIMERA  PARTE  1877 - 1906